MARIQUITA PÉREZ


En el Boudoir de una señora, no puede faltar un recuerdo o varios de la niñez, hoy voy a hablar de mi Muñeca Mariquita Perez, como todas las niñas de "posibles" en los años 50 y que viviéramos en Madrid, no podía faltar una de estas muñecas, en mi caso mi madre no solo se conformaba con las muñecas, sino que a demás "yo" también tenía que vestir de Mariquita Pérez.
Todavía recuerdo las pruebas de los trajes, en la tienda que tenían en la calle Serrano, muy cerquita de la Puerta de Alcalá, para mi madre era un acto de "fe", para mí era una tortura indecible, no por los vestidos, sino en la época de invierno, con los abrigos, capotas y sombreros bretones, que toda niña "de posibles" debía llevar, especialmente me acuerdo de un sombrero, en este caso no "Bretón" sino de un tipo como de leñador , con unas orejeras horrorosas, que mi madre se empeño en comprarme... no es por nada he sido y soy una persona con cara de sombrero...es decir, que me sientan bien; pero yo aquel día solo podía ver la cara de " Pacho" el fiel chofer de la familia, y denotaba que el sombrero de marras, no podía quedar bien a nadie.
Mi madre con el tiempo, es decir tres días le dijo a "Nani", que no me lo pusiera más, que quedaba horroroso, ¡yo pude respirar!

Bueno otro día seguiremos con los recuerdos de la niñez, estoy segura que tenemos muchas cosas que contarnos, pero voy a hacerse un poquito de historia de la Mariquita Pérez, para las que no la conozcáis.

Creada por Leonor Coello de Portugal y Pilar Luca de Tena en 1940, el primer modelo, de cartón-piedra, tenía los ojos fijos y de cristal, la boca cerrada y una peluca de cabello natural. Llevaba un conjunto a rayas rojas y blancas compuesto por vestido, lazos para el pelo, zapatillas 'topolino' de esparto y ropa interior.

Entre 1941 y 1942 salieron al mercado nuevos modelos y aparecieron las muñecas andadoras y articuladas. A partir de 1959 se inicia una nueva etapa en la muñeca: se empieza a fabricar de plástico duro, y los ojos podían moverse de lado a lado. El último modelo aparece en 1970 y ya se diferenciaba poco de las otras muñecas de la época.

Con el paso del tiempo, su ajuar fue creciendo: perro, muebles, paraguas, medallas, bolsos, máquina de fotos, misal, gafas de sol, etc., y pronto se dio a conocer a su familia: su padre, José Antonio Pérez de la Escalera, era un militar andaluz; su madre, vasca, se llamaba Marta Carvajal y Goicoechea, y su hermano, Juanín. Este último apareció en 1941 con un amplio vestuario que cubría todas las necesidades de un bebé. Más tarde aparecieron otros modelos, y Juanín "fue creciendo" y su ropa adaptándose a la edad: pantalón corto por la rodilla, camisa, corbata, chaleco, calcetines largos de lana, zapatos de piel marrón y suela de goma.

Mariquita Pérez tuvo en Madrid una tienda que llevaba su nombre y en la que se exhibían unos escaparates que hicieron las delicias de niñas y adultos hasta mediados los años setenta.

Aunque salieron al mercado otras muñecas, como Mari Pepa Mendoza o Anita Diminuta, que rivalizaron con Mariquita, no consiguieron desplazarla de su puesto de favor entre las niñas españolas. En 1943 apareció Gisela, la rival más directa de Mariquita Pérez. Era de cartón piedra, con cejas muy marcadas, ojos durmientes de cristal y peluca de mohair. Creada por Carmen Cervera Giralt , poseía un ajuar muy amplio, con todo tipo de complementos, y en los años siguientes vieron la luz sus hermanos Guni y Lili. Todos ellos desaparecieron en 1961 con la llegada del plástico.

Otra de sus rivales fue Cayetana, muñeca creada en 1946 por Isidro Rico Miralles de Onil, con varios mecanismos que le permitían caminar y mover la cabeza de un lado a otro, a la vez que abría y cerraba los ojos. Además decía 'mamá' y 'papá'. Fue amadrinada por la actual duquesa de Alba y de ella recibió su nombre.

1 comentarios:

Montse dijo...

Qué recuerdos!!! Precisamente en Fémina, en la calle de Serrano, cerquita de la Puerta de Alcalá, hacían los uniformes de mi cole.

Yo nunca he tenido una Mariquita Pérez. En mi época ya Famosa empezaba a copar el mercado y "Dulcita" fue mi compañera de travesuras en mi infancia.

Por cierto, yo ahora uso sombrero tanto en verano como invierno, pero cuando era pequeña los odiaba profundamente, casi tanto como a los zapatos "merceditas"..... Dios que cruz!!!

Besitos