De orígenes muy antiguos, a los ainus se les ha atribuido ancestros de tipo caucasoide o australoide, sin embargo, actualmente se les relaciona con la expansión de los primeros pobladores de Asia y con los pueblos actuales de Siberia, y especialmente con los Nivejí o Nivji de Sajalín y los Coriacos o Koryak de Kamchatka, que hablan lenguas paleosiberianas, así como con los primeros pobladores de Okinawa, aunque los ainus tienen caracteríticas genéticas propias, que demuestran su antigua diferenciación de las demás poblaciones contemporáneas de la región.Estos resultados concuerdan con los hallazgos geológicos y arqueológicos: los primeros pobladores de Hokkaidô arribaron durante la última glaciación hace más de 18 mil años.
Las figuras geométricas que decoran la ropa, similares a las que aun hoy usan los Ainu, se han encontrado en restos muy antiguos. Desde entonces los Ainu ya habitaban Hokkaidô, en el 5000 a de C. según hallazgos arqueológicos, pero también vivían en la mayor parte de Honshu y quizás algunas zonas de China, incluso documentos chinos ya hablan de su existencia con el nombre de Tung I (bárbaros orientales). La cultura Ojotsk que floreció del siglo V al siglo VII en Hokkaido, las islas Kuriles, la isla de Sajalín y la cuenca del Amur, parece estar relacionada con los Ainu y sus rituales espirituales con osos sacrificados. Entre el siglo VIII y el siglo XI floreció en la región la cultura Satsumon, procedente del sur, y produjo cambios culturales en la vida Ainu.
A partir del siglo XVII, los japoneses ya llegaron a tener presencia en los territorios ainus, que en un principio fueron intercambios comerciales hasta el inicio de la era Meiji, cuando el gobierno liquidó el poder del clan Matsumae, que se dedicaban al comercio e inició una campaña de aculturación de la población ainu, que no estuvo exenta de problemas en cuanto a calidad de vida, por lo que parte de la población nativa se desplazó a la península de Kamchatka.
Se tienen noticias de algunas visitas por parte de los europeos, primero por la Compañía de Jesús y luego por el viajero holandés Vries, quien los describió en 1643. Posteriormente, los rusos anexaron algunas regiones del territorio ainu en su imperio hasta 1875, cuando la mitad sur de Sajalín fue cedida a Japón.
Las relaciones con los japoneses fueron en cierto grado tirantes desde que los integraron al país en el siglo XIX. Durante el siglo XX, su cultura empezó a decaer no sólo por la influencia de los japoneses sino de la cultura estadounidense, que desde 1945 impulsó una mayor vinculación socio-económica. En 1973, los ainus se reunieron por vez primera en una asamblea para reivindicar los derechos de este pueblo en la nación japonesa. Actualmente cuentan con una participación en el parlamento japonés.
El viernes 6 de junio de 2008 el parlamento japonés aprobó por unanimidad una resolución en la que se reconoció a los Ainu como "un pueblo indígena con su propia lengua, religión y cultura" Este reconocimiento, si bien tiene un valor más simbólico que práctico, permitirá al Gobierno japonés destinar ayudas en materia de educación y empleo a los miembros de esta etnia.
Los ainus tienen creencias animistas, según las cuales todo en la naturaleza tiene un "kamui" (espíritu divino) en su interior. Hay una jerarquía de "kamuis". El "kamui" más importante es la abuela tierra (el fuego), luego están los "kamuis" de las montañas (animales terrestres) y los del mar (animales marinos) y luego todo lo demás. No tienen sacerdotes o chamanes con dedicación exclusiva. El jefe de la aldea dirige las ceremonias religiosas que sean precisas; ceremonias que se reducen a la libación del vino, rezos en voz baja y la ofrenda de palillos de sauce con virutas de madera pegadas. Estos palillos se llaman "inau" (singular) y "nusa" (plural), y se colocan en un altar que se utiliza para ofrendar las cabezas de los animales sacrificados. El pueblo de los ainus agradece a los dioses antes de comer y reza a la deidad del fuego ("Huchi") cuando acaece una enfermedad. Creen que sus espíritus son inmortales y que serán recompensados después de la muerte con el ascenso a Kamui mosir (La tierra de los Dioses) o castigados en el infierno.
Algunos ainus del norte son miembros de la Iglesia ortodoxa rusa.
La cultura tradicional ainu es muy diferente de la japonesa. Al alcanzar determinada edad dejan de afeitarse, así que los hombres más viejos tienen enormes barbas y bigotes. Hombres y las mujeres por igual se cortan el pelo de los lados de la cabeza a nivel de los hombros, pero en la parte posterior el corte es semicircular. Al comenzar la pubertad, las mujeres se tatúan la boca, brazos, los órganos genitales externos y, en ocasiones, la frente, utilizando como colorante ceniza de corteza de abedul que se deposita en un tarro que cuelga sobre el fuego.
Su vestimenta tradicional es una capa tejida con hilo extraído de la corteza del olmo. Tiene mangas largas, casi llegan hasta los pies y están arolladas al cuerpo y atadas con un fajín o faja del mismo material. Las mujeres también llevan ropa interior de paño japonés. En invierno llevan pieles de animal con perneras de piel de ciervo y botas de piel de perro o de salmón. A ambos sexos les gusta llevar pendientes, que en el pasado se decía que hacían con las parras de la uva, y también portan collares llamados "tamasay", que las mujeres valoran mucho.
Cazan con arco y flechas envenenadas. Su alimentación consiste básicamente en carne de venado, oso, zorro, lobo, tejón, buey y caballo, así como pescado, cangrejos, ostras, aves, mijo, frutas, verduras, hierbas y raíces. Nunca comen el pescado o la carne crudos, sino que siempre cuecen o asan dichos alimentos.
Habitan en chozas techadas con cañas, las más grandes alcanzan casi los 7 metros, sin habitaciones y con un lugar para el fuego en el centro; no tienen chimenea, sólo un agujero en el techo; sólo tienen una ventana en el lado oriental y dos puertas. La casa del jefe de la aldea se usa como lugar de encuentro comunal cuando es necesario. En vez de utilizar muebles, los ainus se sientan en el suelo, que está cubierto con dos capas de alfombra, una de junco y otra de tela; y en vez de camas extienden planchas, las rodean con un acolchado y emplean pieles como cobertores. Cuando comen, los hombres usan palillos y unos utensilios que les sirven para apartar el bigote y las mujeres utilizan cucharas de madera.
6 comentarios:
Conozco muy poco de los Japoneses. Esto es muy interesante.
Muchas gracias por tenerme en cuenta con tu premio.
Un saludo.
Muy interesante Tashano, no sabía de la existencia de estos indígenas!
Muy pero muy interesante, estos son los blogs que me gustan los que me dejan enseñanzas y me movilizan para buscar mas data.
Muchas gracias me gustó.
Besos!
PD: No querés sacar la verificación de palabra?? dale plis
Dean,
a mi es que la cultura Japonesa me intriga y me encanta.
Creo que no se sabe muchas cosas de ellos y sus tradiciones que son muy variadas.
Con respecto al premio, siempre estáis en mi mente y trato de repartirlos entre todos los amigos de "Le boudoir".
Un beso
MODERATO DOS JOSEF,
Me alegra que te haya interesado el tema poco a poco iré poniendo más tradiciones y historia Japonesa.
Un besazo
LUX AETERNA,
me alegro que te interesen estos temas, trato de dar información que pueda interesar .
Gracias por el comentario.
Besos!
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